Leishmaniosis: vuelve a la carga en septiembre

La Leishmaniosis es una de las enfermedades más comunes entre nuestros amigos de cuatro patas. Un perro padece esta enfermedad cuando es infectado por un parásito, llamado Leishmania infantum. Este parásito se encuentra ampliamente localizado en la cuenca mediterránea, pero necesita que un insecto en particular, que en España se trata del mosquito Phlebotomus perniciosus, pique a un perro infectado y luego a uno sano para que pueda propagarse entre la población ¿Qué sintomas tiene esta enfermedad? ¿En qué épocas del año hay mayor riesgo de infección?

¿Qué es la leishmaniosis en perros?

Defensa

¿Cómo se "defienden" nuestras mascotas frente a la Leishmaniosis? Una vez infectado, el sistema inmunitario del perro detecta la presencia del parásito en sus células de la sangre, y empieza a establecer medidas de ataque para destruirlo. Estas medidas se basan en dos técnicas: a partir de la fabricación anticuerpos (un tipo de proteínas capaz de detectar el parásito), o mediante la formación de células especiales que directamente engullirán a las células infectadas y al parásito que hay en su interior.

El primer sistema, el de los anticuerpos, no consigue eliminar al parásito. Por lo que la infección avanza, y el perro sigue y sigue fabricando anticuerpos intentando vencerlo. Paradójicamente, son estos anticuerpos fabricados que no consiguen destruir al parásito, los que causarán gran parte de los problemas que sufrirá el perro. Sin embargo, si el perro consigue organizar un buen ejército de células destructoras, la infección se mantendrá a ralla o incluso llegará a eliminarse.

Síntomas

Los síntomas más comunes provocados por la Leishmaniosis en perros son:

1. Lesiones en la piel: algunas con una distribución característica alrededor de los ojos o pabellones auriculares, pero pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Si estás interesado en ampliar información, puedes consultar los cuidados de perros con piel sensible.
2. Problemas en los riñones: siendo éstos incapaces de eliminar de forma efectiva ese gran arsenal de anticuerpos.
3. Sangrado por la nariz.
4. Artritis. 

Tratamiento

Si se confirma la enfermedad, tu perro deberá recibir al menos dos tipos de medicación destinados a combatir la Leishmania, además de los que necesite en caso de afectación de órganos vitales. La primera fase del tratamiento es más intensa y suele durar un mes. Luego se prolonga hasta un mínimo de 6 meses con medicación más suave.

Prevención

La estrategia primordial, es la prevención de las picaduras de los flebótomos mediante el uso de collares, pipetas o sprays con sustancias repelentes de insectos.

Otra técnica muy eficaz, consiste en utilizar una vacuna que intenta orientar la respuesta inmunitaria del perro hacia el uso de células destructoras en lugar de anticuerpos. Se calcula que la vacunación reduce unas 4 veces la posibilidad de sufrir la enfermedad. Pero, como no es una vacuna que asegure una protección del 100%, debe ir siempre asociada al uso de sustancias repelentes.

Por último, también es recomendable la administración 2 o 3 veces al año de un medicamento que estimula el sistema de defensa de las células.

Periodos de riesgo de la leishmaniosis en perros

Como hemos comentado, para la transmisión de la leishmaniosis es necesario que un flebotomo infectado de leishmania pique al perro; de esta manera, encontraremos más o menos incidencia de la enfermedad según la cantidad de flebotomos activos que haya en nuestro entorno.

Para el desarrollo óptimo del flebotomo se requieren temperaturas entre 10ºC y 30ºC y una humedad elevada. Por lo que nuestro clima favorece su desarrollo, especialmente en determinadas épocas del año. Hay un nacimiento escalonado de flebotomos con dos picos de abundancia, el primero en junio/julio y el segundo en septiembre/octubre. En estas fechas hay mayor actividad de flebotomos, por lo que aumenta el riesgo de que puedan picar a los perros y, por tanto, de transmitirles la leishmaniosis.

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